Nuestro Padre Jesús Nazareno de El Burgo

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martes, 14 de marzo de 2017

Crónica del Pregón de 2017 de Ríos Cabrillana

Primeramente tuvo lugar la presentación del Cartel de este año obra de Diego Canca. El pintor explicó su obra, una imagen poco habitual en los carteles de Semana Santa y donde el protagonismo se lo llevaba la mano clavada de Jesucristo, una pintura de un realismo sobrecogedor. 
Cartel de la Semana Santa de El Burgo 2017 de Diego Canca


Josemi Sepúlveda presentando al pregonero
Cuando hace unos meses nos reunimos para nombrar el pregonero de la Semana Santa de El Burgo 2017 y Javier Pozo hizo su propuesta, la unanimidad fue total entre todas las hermandades. Sabíamos que Juan Francisco Ríos Cabrillana estaría a la altura de la responsabilidad que depositábamos en sus manos, pero lo que se escapaba a nuestra imaginación es que el día del pregón nuestro pregonero nos iba a hacer vivir la Semana Santa un mes antes de lo esperado.
La palabra es la madre de todo
y con la palabra y el uso de ella fue ganándose al público en la Iglesia de la Villa congregado. Tras una sentida presentación del pregonero de 2016 Josemi Sepúlveda, Juan Francisco fue elevando el nivel con cada letra de su pregón.

A lo primero que cantó en forma de poesía fue a su pueblo, esa primera estrofa es toda una declaración de intenciones:

“Es El Burgo perla blanca
joya en la serranía
con la primavera te levantas
como un sol de mediodía”

Y poco a poco fue describiendo los momentos de la Pasión que durante una semana vivimos los creyentes en El Burgo. Del Viernes de Dolores destacó los inicios del Traslado, el peso que la mujer ha ido adquiriendo en esa jornada:

“Mujeres que sobre sus hombros
sostienen sus esperanzas
los hombres sus horquilleros,
pero mujer, la que manda”

Antes de continuar con el Domingo de Ramos, Ríos Cabrillana nos dejó una lección para las cofradías, apenas unas líneas pero que son suficientes para resumir lo que nos tiene que mover como hermandad y que no es otro que el compañerismo, la fraternidad, el compromiso y la responsabilidad con lo que somos depositarios.
La magia se hizo presente con la conjunción entre el pregonero y la Banda de Música de Alcalá del Valle magistralmente dirigida por D. Antonio Mateos Vera. Tuvimos una procesión de ramas de olivo en la misma iglesia, el pregonero improvisó un cortejo en el que participaron miembros de hermandades, jóvenes y mayores.

Montañas de ramas verdes
desmadejadas y frescas
descansan de cuerpo presente
en el atrio de la Iglesia”

Uno de los puntos álgidos del pregón fue cuando describía los inicios del Jueves Santo Burgueño con la bajada de Nuestro Padre Jesús por la Calzá. En muchas caras de los asistentes se asomaban lágrimas de emoción, de fondo sonaba la Banda de Alcalá del Valle con “Hosanna in Excelsis” y el pregonero nos regalaba el siguiente poema:
“Se abre el dintel de la puerta
de la iglesia de la Encarnación
y asoma la cruz de guía
que abre el cortejo de pasión.
La plata de la cruz
que precede tus pasos
resplandece con su luz
la tarde del Jueves Santo.
Abriendo va el camino
que a tu pueblo te lleva
para que saliendo de la Villa
y bajando por la calzá
llegues pisando firme
al llegar a la Calle Real.
Te muestras sencillo, solemne
humilde y humano.
¿os habéis fijado
en la dulzura de sus manos?
¿o en la paz de su mirada
cuando sus ojos buscamos?
Sin dudar Navas-Parejo
de sus gubias concebía
a un cristo tan sereno
mientas al calvario subía
en su esfuerzo supremo.
A tus pies bajan la sierra
por la que paseas caminando
entre lirios, romero y jaras
de tu paisaje serrano.
Y al llegar a la plaza de Arriba
con San Agustín como testigo
el ruido de la fuente
es la música de un himno
que da fe de ese momento
tan efusivo como íntimo.
Guantes blancos, como palomas
hasta el cielo os levantan
¡Al cielo lo que es del cielo!
Hasta el cielo, que os reclaman
para seguir bendiciendo
desde el cielo a nuestras almas.”

El pregón no había terminado, aun quedaban muchos momentos para disfrutar. Llegaba la mañana del Viernes Santo al texto de Cabrillana y la última estrofa de su poesía a esa mañana que todos esperamos decía:
Agustín con su sobrino Fran cantando la saeta


“Cuando estés en el calvario
en lo alto de la Peña
baja al suelo capataz

a que le cante Agustín Pereña”





Y así fue, acompañado a la guitarra de su sobrino Fran Pereña, Agustín con su quejío frlamenco nos llevó a lo alto del Calvario y si cerrábamos los ojos, podíamos oler los pinos y romero de aquel sagrado lugar.
Antonio Narváez
Ismael García
De la Saeta habló Juan Francisco en su pregón, sus inicios como saetero y de su maestro en este difícil palo flamenco, Antonio Narváez que además interpretó una después de muchos años sin hacerlo. 
El trío de saeteros lo completó el joven Ismael García, sangre nueva que garantiza la continuidad de la oración cantada que solo en Andalucía se sabe hacer.





Las palabras precisas para cada momento, del Santo Entierro decía:

“De hombre es sólo tu cuerpo
lleno de sangre, sudor y polvo
detrás de ti el cortejo
de dolor y de dolores
acompañan el entierro.”

Llegamos a la procesión de la Soledad, todos estábamos esperando el momento en que nuestro pregonero se arrancaría a cantar su saeta, no podría entenderse que quien empezó a señalarse en Semana Santa como un saetero prodigioso no la cantara en este día donde él era el protagonista. Y bien que la cantó, una saeta con la letra de todos conocidos.

La luna de madrugada
 ilumina tu belleza 
y los cirios encendíos 
de las mujeres como promesa
 van guiando el camino 
hasta que en la Villa te encierran.
 Doce luceros de plata
 resplandecientes y claros 
pa engrandecer tu figura 
la madrugá del Viernes Santo. 
Luna llena por corona 
y el cielo tu mejor palio 
y a tus pies la media luna
 que desde el cielo te bajaron 
¿Qué tienes tú soledad,
 para que te siga buscando?

Va terminando pregonero y la alegría se empieza a hacer patente, la luz del sol inundó la iglesia cuando se hablaba del Domingo de Resurrección describiendo con pelos y señales la procesión del Sagrado Corazón y la Milagrosa, esta vez se acompañaba de la marcha “Mi Amargura” que pese al nombre, tiene un carácter triunfante tal y como termina nuestra Semana Santa.
Empezó acordándose de su pueblo y así terminaba Ríos Cabrillana, sintiéndose orgulloso de ser de pueblo “No me canso de pensar en la suerte que tengo de ser de pueblo”

Y una vez terminado el pregón llegó el largo aplauso y un comentario cien veces repetido ¿qué haremos el año que viene?¿quién se atreverá a dar el pregón? Queda un año, ahora hay que disfrutar de lo que viene, de la Semana Santa 2017, el año próximo ya veremos.

Texto: José Góngora. 

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